Soy un gato negro, odiado por unos, adorado por otros, no dejo indiferente a nadie.
Fui durante siglos, silencioso testigo de los mágicos ritos de las brujas, acurrucado junto al fuego de la chimenea.
En los tiempos oscuros y tenebrosos donde reinaba el temor por lo desconocido fui perseguido y acusado de ser la encarnación de Satán.
Hay quien dice que todos los gatos negros, en medio de la inmensidad azabache de nuestro cuerpo, tenemos al menos un pelo de color blanco, y aquel que lo encuentra es bendecido por la fortuna.
Somos amigos de aquellos que no temen a las brujas, ni la noche, ni lo desconocido, los acompañamos en largas veladas, ronroneando felices sobre sus rodillas y les regalamos el brillo mágico de nuestras miradas y nuestro tacto suave de panteras domesticadas.
Hermosos gatos negros,
ResponderEliminarpanteras de salón.
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ResponderEliminarQué preciosidad.
ResponderEliminarLos gatos negros y esta entrada.
Bellísimos y víctimas de prejuicios todavía.
ResponderEliminarYo siempre eh amado los gatos negros, son el misterio y la elegancia hechos gatos.... siempre he querido uno, pero mis padres son sumamente prejuiciosos, pero cuando viva sola y seguro que unos cuantos felinos me acompañaran, como dice el poema: "los acompañamos en largas veladas, ronroneando felices sobre sus rodillas y les regalamos el brillo mágico de nuestras miradas y nuestro tacto suave de panteras domesticadas."
ResponderEliminarLa gatita de la foto Siva la adoptó una chica, su familia también tenía prejuicios sobre los gatos negros, ahora que la conocen todos la adoran.
ResponderEliminarOjalá algún día tengas una bonita familia gatuna, Bienvenida a Soy un Gato