El gato persa

El gato persa fué introducido en Europa en el siglo XVII por el italiano Pietro del Valle, el cuál durante un viaje por Asia Menor y Persia, quedó fascinado por la belleza de los gatos locales. En cartas dirigidas a sus amigos hace una descripción del gato persa azul (tipo primitivo), de cuerpo robusto, manto largo y espeso y color gris oscuro.

Estos primeros ejemplares de Persa se empezaron a cruzar con angoras turcos con el fin de mejorar la calidad del pelaje y aumentar la gama de colores.

MORFOLOGÍA

Tamaño mediano, cuerpo robusto y patas cortas y fuertes. La cabeza es redonda, la nariz ancha y corta. La cola es corta cubierta de pelo largo.

PELAJE

El pelaje es largo y denso, de textura sedosa. Se pueden encotrar ejemplares de prácticamente todos los colores posibles en los gatos, desde colores sólidos, a bicolores y tricolores, pasando por los humo (raíz del pelo blanca) y los chinchilla (punta del pelo negra y resto de la superficie blanca)

DESARROLLO Y REPRODUCCIÓN

El gato persa tiene un desarrollo un poco más lento que otras razas  y no alcanza la madurez sexual hasta los diez meses. La gestación de las hembras dura unos 64 días y rara vez suelen ser de más de dos o tres crias.

CARÁCTER

El gato persa es un gato de carácter tranquilo y afectuoso muy adaptado a la vida doméstica. Su instinto cazador está muy atenuado. Es amistoso tanto con los humanos como con otros animales, menos independiente que otras razas de gatos necesita atención y cariño por parte de sus propietarios.