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domingo, 18 de octubre de 2015

Mi gato Tyke

Ahí lo veo a mi gato Tyke, sentado en el césped de otoño, los ojos dorados entreabiertos, sereno, nada puede perturbarlo, ni siquiera los ladridos lejanos de los perros o la estridencia de los aviones que, arriba, dejan su estela en el vacío azulado -aviones a París y Bombay, Port Swettenham y Cádiz, pero ¿qué le importa esto a un gato? A menos, claro, que un gato español apareciera de pronto delante de él. En ese caso, lo perseguiría hasta expulsarlo del patio. Debo decir que desde que le compré a mi madre esta casita de cuatro habitaciones, el gato ha custodiado con mucho celo la entrada de intrusos, ya fueran gatos o perros, aunque permite que los pájaros (incluso las tórtolas) coman tranquilas las migas de pan que mi madre, tan buena, les deja todas las mañanas (junto con semillas para pájaros)- Tyke tiene una valla que impide la entrada de perros, pero persigue a cualquier gato que se cuele, aunque una vez un macho gris logró seguirlo no sé cómo y llegó a olfatear su entrada secreta a través de la ventanita del sótano donde mi madre improvisó una desvencijada casucha parecida a una choza de los tarahumaras en los suburbios de Ciudad Juárez -Por esa casita, Tyke se desliza silenciosamente al sótano, usa de escalera una mesa con dos cajas encima, sube y empuja con suavidad la puerta de la cocina (nunca trabada ni cerrada con llave) para maullarle a la leche y a la deliciosa comida balanceada- Este gato gris había aprendido el ardid y una noche se produjo una ruidosa pelea en la cocina -Pero aun así el gato gris entra sigilosamente, espía con los ojos verdes si todos duermen y si Tyke, el dueño, salió de putas, y en ese caso devora todo lo que puede y se va como llegó.
Suspiro al pensar que los problemas de Tyke son mucho más puros que los míos -Yo hago el equipaje y me visto para tomar un avión a Hollywood, donde tendré que aparecer en el programa de televisión de Steve Allen, que será transmitido de una costa a la otra. Voy a leer seis minutos de mi poesía y mi prosa lamentables- ¿Traga saliva Tyke porque millones de espectadores verán esa cara el lunes a la noche y pensarán todo tipo de cosas, pensamientos de cólera que no pueden ser mejores que no tener pensamiento alguno? Tyke es como ese sabio taoísta chino que se mantiene en un nivel tan bajo como el del valle porque jamás será visto alzándose encima de nada para derribar aquello sobre lo que se alza: el Rey Secreto del Valle.
Así que ahí está, el dulce Tyke, mi hermano, cruza de persa y callejero de Florida; medita en silencio, las garras plegadas, el cuerpo encorvado como un gato Buda, los ojos casi siempre cerrados, poco dispuesto a que lo perturbe mi saludo o el rugido de un avión, se queda sin más sentado en el paso bajo el sol de noviembre, habitado en cada músculo por la Sabiduría del Sagrado Egipto. -"¿Y viaja en avión a la Costa Oeste?", me pregunto. "¿Firma contratos, paga impuestos, abre los sobres de la correspondencia o lo apena el horror universal?" No. Contempla la línea del horizonte, allí donde el espacio se disuelve en el vacío que existe en el interior de él mismo y en el interior de todas las cosas - es miércoles y su novia gata en la otra punta del barrio sabe que él va a visitarla esta noche -y él, Tyke, sabe que se comerá un ratón y que el ratón lo comerá- la eternidad lo abate; la soberbia lo corroe, pero en el fondo nada le importa mucho, ja, ja. Y mañana al amanecer, cuando yo esté ya a casi 5000 kilómetros para ocuparme de mis naderías, él entrará a casa con la cola baja, y:
Roto el ayuno
el gato se ensortija
en la cuna del alba
y esto es tan evidente como el reflejo de mi nariz en el espejo del mediodía.
El gran poeta inglés Christopher Smart dijo de su gato: "Pensaré siempre en mi gato Jeoffry... es ajeno a toda destrucción si está bien alimentado, y no escupe jamás si no lo provocan... todo hogar está incompleto sin él y falta una bendición en el alma... Él sabe que Dios es su Salvador... No hay nada más dulce que su paz cuando duerme".




"Mi gato Tike" por Jack Kerouac

martes, 19 de noviembre de 2013

On Cats

On Cats es una recopilación de tres libros que la escritora Doris Lessing dedicó a los gatos que compartieron su vida: "En Particular los Gatos", "Rufus el Superviviente", "La Tercera Edad del Magnífico".

El romance de Doris Lessing con los gatos comenzó a una edad temprana, cuando empezó a interesarse por las criaturas semisalvajes y esquivas de la granja africana donde creció, continuando con  los domesticados y acomodados que compartieron sus pisos y su vida en Londres. 

Lessing cuenta su vida a través de los gatos que más huella le dejaron. Nos cuenta sus relaciones con ellos, sus hazañas, sus rivalidades, sus miedos, sus afectos, sus caracteres. Y transmite como nadie como es posible la comunicación con ellos a través de los gestos y las emociones. 



 
 "Los gatos observan a las criaturas, sus gestos, sus incomprensibles operaciones, durante largas horas. Cómo se hace una cama, se barre el suelo, se hace o deshace una maleta, se cose, se hace media ... cualquier cosa, ellos miran. ¿Pero qué verán? Hace un par de semanas, la gata negra y una pareja de gatitos permanecieron en medio del cuarto mirando cómo yo cortaba una tela. Observando el movimiento de las tijeras, los gestos de mi mano, la forma en que yo iba amontonando los trozos. Estuvieron absortos toda la mañana. Pero supongo que no ven lo que nosotros imaginamos. ¿Qué verá, por ejemplo, la gata gris cuando permanece media hora contemplando las motas de polvo de un rayo de sol? ¿O cuando mira moverse las hojas del árbol de la ventana? ¿O cuando alza la mirada a la luna y a las chimeneas de los tejados? ... "

 Doris Lessing, (Kermanshah, 22 de octubre de 1919Londres, 17 de noviembre de 2013)



viernes, 22 de febrero de 2013

Dancing Cats and Neglected Murderesses


 Hoy hubiera cumplido 88 años el escritor e ilustrador Edward Gorey.

Autor de culto, en su obra se mezclaba lo macabro y tenebroso, siempre con un toque cómico, le gustaba insinuar más que decir, dejando el trabajo a la imaginación y la inteligencia del lector.

  En el universo de Gorey el humor negro se mezcla con sus grandes devociones, el ballet y los gatos,
 siempre convivió con varios e intentó capturar la gracia de sus movimientos sobre el papel:

Se mueven en el instante en que decido hacer un boceto, incluso cuando previamente han pasado horas en estado comatoso”.

 El autor los consideraba “el amor de su vida”. En el testamento, legó la gestión de su obra a una fundación dedicada a la defensa de los perros y los gatos.


Su libro  Dancing Cats and Neglected Murderesses  (Gatos danzantes y asesinas olvidadas, 1980) es una muestra de la fascinación del autor por los felinos domésticos. Consiste en una colección de ilustraciones con texto donde muestra a gatos en actividades extravagantes que se entrelazan de modo sorprendente con oscuros retratos femeninos.


Siempre le horrorizaron los actos sociales y se recluía con agrado en su casa entre pilas de libros, dibujos y películas, bien acompañado por cinco o seis gatos. Falleció en abril del año 2000.

“Llevan esas vidas misteriosas, que sólo estan medio conectadas a la tuya. (…) Es interesante compartir la casa con un grupo de gente que obviamente ve, escucha y piensa de un modo infinitamente diferente a ti”





Más sobre el universo de Edward Gorey : trasdos






domingo, 30 de diciembre de 2012

Anna Magnani, la "Gattara"


 "Caminaba por las calles de Roma, con una bufanda que le cubría la cabeza, con la canasta de alimentos para gatos callejeros. Insultada por un grosero, se dio la vuelta, quitándose la bufanda y de repente el transeúnte se quedó de piedra:. Era Anna Magnani!"



La gran actriz italiana, adoraba estar acompañada por sus gatos y cuándo sus ocupaciones se lo permitían solía alimentar colonias de gatos callejeros.

"La gente y yo nos entendemos poco, prefiero la soledad a las fiestas, para llenar una noche bastan dos gatos jugando sobre la alfombra"


viernes, 31 de agosto de 2012

Los gatos de Heminway

En los años 30 el escritor Ernest Heminway recibió un original regalo por parte de un capitán de barco, era una gatito llamado Snowball, que tenía la particularidad de ser polidáctil, es decir tenía un dedo de más en todas sus patitas, lo que le daba el aspecto de usar mitones. Heminway se sorprendió cuando Snowball fué papá de cachorros y todos heredaron esta característica aunque la madre fuera normal.

Heminway y su familia felina vivieron durante muchos años en una casa de Key West, Florida, donde el escritor se dedicó a crear grandes obras como "Por quien doblan las campanas" o "Las nieves del Kilimanjaro" y Snowball a aumentar la población de gatitos con polidactilia.


Con el tiempo la casa de Key West se convirtió en museo y los gatos pasaron a ser parte de él, incluso se creó una excepción en la ley de Florida que prohibe que haya más de cuatro animales por casa.

Los gatos de seis dedos de Heminway no verán perturbada su existencia. La mayoría tienen nombres famosos (Colón, Pablo Picasso, Charlie Chaplin, Audrey Hepburn,...) y son primorosamente atendidos por los responsables del museo. Todos están castrados, salvo dos machos y dos hembras que aseguran la perpetuación de los gatos de Hemingway y mantienen su número en aproximadamente sesenta.

Fuente: El cau de Cati

domingo, 31 de julio de 2011

Delilah

Freddie Mercury fué un gran admirador de los gatos, siempre vivió rodeado de ellos en su casa de Londres.

Eran muy importantes en su vida y cuando estaba fuera solía pedir que se los pusieran al teléfono para poder hablar con ellos.


La gatita de la foto es Delilah, Freddie tenía un vínculo muy especial con ella. Ella lo acompañó durante la última etapa de su vida. Solía acompañarle en su cama cuando no se encontraba bien y le dió ánimos para afrontar su enfermedad.


La 9º canción del album Innuendo, se titula "Delilah", y está dedicada a su gata. Es una canción llena de humor y ternura, donde se refleja la personalidad de la gatita y su relacción con ella.

" Me haces sonreír cuando estoy a punto de llorar
 me traes la esperanza, me haces reír - le gusta
 salirse con la suya, tan inocente"


jueves, 5 de mayo de 2011

Leonardo Da Vinci y los gatos

Leonardo Da Vinci, otro apasionado de los gatos, realizó muchos estudios y pinturas donde aparece la figura del gato.

Se dice que Leonardo tenía mucho aprecio por los animales. Sus contemporáneos cuentan cuanto le gustaba ir a los mercados y comprar cantidad de pajarillos en minúsculas jaulas para soltarlos y devolverles la libertad una vez fuera de la ciudad. Su casa estaba llena de perros y de gatos. Han llegado hasta nosotros numerosos dibujos del gran maestro en los cuales representa a estos animales saltando o dando vueltas. Leonardo evitaba, al menos en su vejez, comer carne también.



Madona con gato
 
 Da vinci dijo..." Hasta el más pequeño de los felinos es una obra de Arte".
Estos animales, bellos, elegantes y silenciosos, han despertado la admiración de los artistas desde hace siglos. El gran Leonardo definió al gato en toda su esencia¡¡ "una verdadera obra de arte".

Estudio de gato con niño
 


 

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