lunes, 24 de noviembre de 2014

El sueño del gato


Foto: Chris Isherwood

Los gatos tienen fama de dormilones. Los que convivimos con ellos sabemos que es verdad, un gato de media pasa entre 12 y 16 horas durmiendo, distribuyendo el tiempo en pequeñas siestas a lo largo del día.

¿Por qué duermen tanto?

En los tiempos en que el gato vivía en estado salvaje y necesitaba cazar, las horas del amanecer y el anochecer eran las mejores para conseguir alimento, el resto del día lo destinaban para reponer fuerzas y conservar la energía.
Los cachorros pueden llegar a dormir 20 horas, esto es muy útil en estado natural ya que les permite a las madres ausentarse para buscar alimento sin que mientras tanto los gatitos puedan deambular y correr peligro.
Hoy en día los gatos domésticos tiene su alimentación asegurada pero mantienen las rutinas de sueño de sus ancestros salvajes.

Fases del sueño

Sueño ligero "cat nap": son pequeñas siestas que los gatos hacen a lo largo del día. Durante esta fase aunque tienen los ojos cerrados, sus músculos no están totalmente relajados y los sentidos permanecen alerta, al mínimo estímulo reaccionarán con rapidez.

Sueño profundo: Tras un sueño ligero de unos treinta minutos, el gato suele entrar en una fase de sueño profundo, que puede alcanzar el 30% de su descanso. Los ojos se mueven rápidamente, aunque los párpados permanecen cerrados.
Durante el sueño profundo, existe evidencia externa, aparte del movimiento de los ojos, de que el gato sueña, o al menos tiene experiencias semiconscientes, similares a los sueños humanos: hay cambios de postura corporal, movimientos con patas y uñas, movimiento de los bigotes, de las orejas y a veces vocalizaciones.
Aunque estén profundamente dormidos su cerebro siempre permanecerá activo y sus sentidos alerta.

Sueño humano versus sueño felino.

Las diferencias en los patrones de sueño humano y felino pueden crear problemas en la convivencia.
En muchos casos el gato consigue adaptar sus horarios de sueño a los de sus humanos, pero en ocasiones habrá que trabajar un poco para conseguirlo.

Conociendo el comportamiento felino entendemos que la solución es pensar como gato. Sus propios instintos cazadores te dan la respuesta.
Cazar, jugar, comer y dormir: Estos son los pasos que permitirán un sueño profundo para ambos.

Caza: Procura que tenga entretenimiento mientras no estés en casa, proporciónale juguetes, rascadores. Distracciones como una ventana por la que pueda mirar, así evitaremos que pase demasiado tiempo durmiendo durante el día.
Esconde pequeñas raciones de comida por la casa para que tenga que usar su ingenio para conseguir premios y comida.


Juego: es importante dedicar un buen rato al juego interactivo, especialmente los que le hagan correr por la casa. Procura no jugar con ellos justo antes de ir a dormir, para evitar que estén demasiado alterados por la noche.

Cena: aunque durante el día le demos pequeñas raciones de comida, la principal debemos darla por la noche. Después de una buena dosis el gatito estará listo para dormir.

Dormir: Si hemos conseguido cansarlo con el juego su nivel de energía debe estar bajo y su cuerpo listo para descansar.



lunes, 3 de noviembre de 2014

Cris

Una vez más me hubiera gustado escribir una entrada alegre, con fotos de Cris jugando con mis gatos y corriendo feliz por el parque pero no ha podido ser...

La semana pasada fuí a la clínica con uno de mis gatos y me encontré con que alguien había dejado un perrito con una brecha en la cabeza en el aparcamiento, al final de la tarde el veterinario y yo lo metimos en la clínica, lo curamos y me lo llevé a casa. Los veterinarios miraron el santoral para ponerle nombre y le tocó Crispín.

El perrito estaba malucho, parecía que le dolía algo, pensé que tal vez tuviera un golpe en la espalda. A pesar de todo se veía muy tierno y cariñoso y se hizo muy amigo de mis gatos.

Una mañana ví que no se movía y lo volví a llevar a la clínica. A las pocas horas murió...




Agradezco mucho a los veterinarios Lola y Jorge que lo atendieron, los cuidados que le proporcionaron los días que vivió y por los que no han querido cobrar nada. 

Siempre recordaremos a Cris y aunque deseábamos haber podido salvarlo, por lo menos pudimos hacer algo mejores sus últimos días. Ojalá algún día existan leyes severas contra el maltrato y el abandono y no tengan que venir al mundo animales a tener un destino tan cruel.





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